Si os interesa un poquito la química y en general el desarrollo de nuevos compuestos y materiales os sorprenderá el primer caso de un cristal iónico compuesto únicamente con un solo elemento químico, el boro.
Este sorprendente avance se ha publicado en la revista Nature y ha sido desarrollado por un equipo de investigadores de varias universidades estadounidenses y europeas.
Para lograrlo se tuvieron que emplear condiciones extremas, a altas temperaturas y presiones superiores a 100.000 atmósferas. ¿Pero cómo puede ser un elemento iónico si necesitamos dos cargas diferentes y hablamos del mismo elemento? Se consigue mediante una nueva estructura que incorpora dos tipos de “nanoclusters” muy diferentes, con propiedades electrónicas diferentes y de nuevo gracias a la nanotecnología. Como las electronegatividades de estos dos clusters son diferentes, provoca la redistribución y la aparición de un carácter iónico parcial en la estructura elemental.
Sorprendentemente, los centros de masa se encuentran en la misma posición que el ejemplo clásico de compuesto iónico, el NaCl (cloruro sódico o sal común).
Y como es lógico, no sólo la estructura es similar, si no que también se detectan propiedades típicas de los compuestos iónicos.
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